miércoles, 8 de octubre de 2014

CONECTIVIDAD vs. COMODIDAD


Por: Jorge Amonzabel
¿La tecnología y el  INTERNET están acercando la relación entre las personas y están desplazando la preeminencia de la salud humana?
¿Es el viajero quien impone prioridades en los servicios de hospedaje o comidas?
No todos pueden estar de pie veinticuatro horas y no todos pueden estar despiertos tres o más días. No todos tienen amigos con “excedente” o colegas de trabajo comunicados “permanentemente” sin embargo, el humano necesita informarse, formarse y comunicarse.
En los últimos años, cuando un huésped reclama en recepción, es frecuente que la razón o el motivo de la queja sea “no tenia conectividad” “El WI-FI (conexión de Red inalámbrica que facilita el acceso a la INTERNET) está bajo, solo tiene una línea” Es importante para los hoteles montar una conexión de internet vigorosa, porque los viajeros lo exigen y lo viven. No es solo un capricho o una manera de aislarse del mundo; es oxigeno a su diario vivir. Realizan su trabajo, dan clases a otros que viven en el hemisferio antagónico y distante de la geografía mundial, realizan negocios millonarios, aprovechan su aparente descanso para saludar amigos y amigas; deciden acerca de políticas de gobierno y se comunican intensamente con desconocidos.
En el pasado la cama caliente, la habitación espaciosa y con los muebles adecuados, eran la exigencia del recién llegado. Hoy, la primera pregunta en el mostrador que escuchamos es: ¿Cuál la habitación donde tienen mejor señal de internet? El agua caliente, el jabón, toallas limpias y hasta el teléfono han pasado a un plano inferior en el interés del viajero. Sólo el propietario o Gerente del Hotel, todavía mantiene los servicios y objetos necesarios por buenas razones para el huésped.
No negaremos que la energía eléctrica y el agua, aun tienen espacio en la lista de requisitos de los huéspedes.  O lo dan por hecho; como la conectividad telefónica.
Seguramente, en el futuro y probablemente  hoy; al igual que los días cuando se declara ahorro de energía, deberemos declarar el día de “la desconexión” Es intolerable, como los restaurantes en un momento, tenían un “bullicio” por la comunicación celular constante y saturaban el ambiente de voces y actitudes manifiestas. Inclusive el espacio físico con personas que se desplazaban buscando intimidad o mejor conexión. Similar situación se vive con los Smartphone, donde las mesas de familia o amistades: en el desayuno, almuerzo y cena; están llenas de comensales que “comen” sus dispositivos y de vez en cuando, miran a los ojos de su interlocutor.
Un reciente estudio acerca de los consumidores de dispositivos inteligentes establece que hay personas que prefieren no comer a dejar su “aparato” sin usar. Seguramente, llegaremos, otra vez; al extremo de elaborar comidas “integrales” para ingerir de una sola vez. Actualmente hay restaurantes y cafeterías que “obligan” a sus clientes a apagar el celular o hablar con él fuera del recinto. Esa iniciativa de dejar el dispositivo apagado al ingresar al establecimiento ha causado confusiones no beneficiosas a la convivencia colectiva para evitar que se utilicen los aparatos.
¿ Permiso para usar dispositivos inteligentes o buen ambiente para comer? ¿Cama caliente o conectividad vigorosa? Es el reto para los Administradores de hospedaje y establecimientos de servicio de comida”.  Cuando los dispositivos electrónicos puedan ser insertados sin riesgo en el cerebro o algún lugar del cuerpo y, puedan ser manipulados sin mostrar absoluta interrupción en el quehacer del individuo; no podremos impedir conectividad y tampoco molestarnos o prohibir nada. Actualmente, las personas con las capacidades integrales son multifuncionales. Pueden llamarse “multi-acceso” o multimedias, son de capacidades integrales: Vemos, tocamos, sentimos, pensamos, creamos, imaginamos, olemos, oímos, etc. Porque lo somos. No hay razón para evitar la conectividad o la disposición de equipos en el “mostrador o espacio del showroom” que proporcionan oportunidades al desarrollo de las personas. Contar con facilidades de conectividad es una obligación y un derecho. Así como revolucionamos con el vehículo para llevarlo a todas partes o la mascota como parte de la personalidad, deberemos disciplinarnos y acondicionar a ciertos espacios el uso de la conectividad.
El exceso de conectarse o vivir conectado, implica concentración, atención focalizada; que puede afectar al desarrollo de actividades que implican efectos en la salud y en la responsabilidad social. El separarse del grupo físicamente, afecta en la interacción real porque quienes “chatean” o “postean” o revisan un artículo de manera individual; están viviendo un contexto personal y sin opinión de otros o retroalimentación de terceros. Su focalización es suya y ésta se ubica en los niveles de valoración de sí mismo. Es posible que no afecte a otros, como es el principio de asumir que todo es con los “ojos que se califican” Las circunstancia y el contexto determinaran los efectos e impactos de vivir la actividad rodeada de personas y focalizada en la individualidad quien decide con su dispositivo inteligente como medio de comunicación permanente.
Las implicaciones físicas, del cansancio de los ojos, la manipulación de los pulgares, la postura de pie o de sentado, son “hábitos” que marcarán la salud de los que no reparan en comunicarse por medio de “aparatos” inteligentes con frecuencia. Las alegrías y las tristezas de quienes buscan en la comunicación a distancia “satisfacción y experiencias” son vividas de manera íntima, donde la integralidad humana exige un reconocimiento social o la participación de las “personas cercanas”. Para quienes viven “una novela” en su relación social por internet, o una amistad misteriosa o secreta; no tiene aprobación o rechazo de terceros. Es decir, no se presenta físicamente la manifestación de los sentimientos interactuados. Por consiguiente, el estado de ánimo y aquello que construye es un imaginario personal con resultados inciertos.
Al parecer, los sueños y la imaginación, gracias a la comunicación y la interacción específica con algunas personas por medio del dispositivo móvil; es amplificada y ajustada a los estados de ánimo de quienes son protagonistas. En la actividad regular, donde, además de conocer al interlocutor y vivir el contexto de éste; facilita y determina acciones especificas que refuerzan lo regular de la amistad o la convivencia.
Desde tiempos remotos, el humano ha creado objetos que han facilitado su desarrollo personal y colectivo. Regularmente, estos objetos en el inicio de su uso han interrumpido la normalidad de la vida de los individuos. Luego, han pasado al uso moderado y ordenado. Es posible, que la salud humana, no sea afectada. Inclusive con el espectro de la conectividad. Porque aún se afirma, que el excesivo uso de celulares afecta al corazón. Que las ondas en los ambientes de conectividad interna, tiene efectos a la función de atención y concentración.  Los resultados secundarios del uso frecuente de la comunicación inalámbrica serán develados en los próximos años. Como para otros objetos que fueron nocivos, hoy usamos intensamente con desconocimiento de los efectos secundarios; lo que la ciencia y la tecnología nos han otorgado para “conectarnos” y seguramente mañana serán otras maneras o sistemas de alcanzar lo mismo, con o sin consecuencias físicas para la salud humana.
Es tiempo de conectarse, es momento de ampliar el “relacionamiento y la construcción de la amistad” Estos son periodos de adaptación al torrente de la información: Superflua o no. La comunicación con terceros es inminente en la agenda diaria de todas las personas. Más aún fuera de casa, fuera de la oficina o fuera del círculo social cercano.
Las facilidades en los servicios de hospedaje, alimentos y bebidas o transporte, se combinan bien con la conectividad. Quienes hacen uso de ésta, la conectividad; serán quienes determinen hasta cuándo y en qué circunstancias exijan: La cama y el “WI-FI”  (JA)

viernes, 13 de septiembre de 2013

¿Qué buscamos con Smart city?

¿Es un problema la explosión demográfica en las grandes ciudades? ¿Cómo hacemos competitivas a las ciudades intermedias y pequeñas, frente a las grandes ciudades? ¿Podemos fomentar que la economía y la tecnología mejoren el estado de las ciudades intermedias? ¿Es posible mantener la competitividad de las ciudades y el desarrollo sustentable? ¿Las ciudades pequeñas y medianas, son susceptible a ser inteligentes? ¿Podemos desarrollar la calidad urbana?